lunes, 28 de noviembre de 2011

SE LLAMA POESÍA





Homenaje a Aldo Pellegrini


Se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles, sí.
Todo aquello que abre, en cambio,
la visión y el secreto del mundo a los inocentes,
a aquellos que lo apuestan todo a nada,
los que no guardan, no se cuidan, no acechan,
no calculan y sin embargo están siempre a punto de encontrar
como por casualidad incluso el amor, la muerte, la vida misma.
Se llama poesía todo aquello que tira los pies
tras lo imposible. Lo que revela el otro lado de las cosas,
lo que canta al final del desastre sin motivo alguno.
Lo que te avienta inclemente fuera de tu ser
o invade en silencio —marea extraña—
el interior hasta ahogarte los ojos.
Se llama poesía todo aquello que estalla de golpe en la palabra,
sin aviso y sin lógica. Lo que no puede explicarse
propiamente a los listos, a los que siempre tienen la razón.
Se llama poesía todo aquello que vuelve luego del exilio,
la derrota, los miedos. La luz que un día retorna a los cuartos cerrados
de la vieja memoria; la antigua, recuperada simplicidad de los días.
El viento que reaviva una llama en la noche. Lo que nos sobrevive,
lo que siempre nos queda más acá de la herida, la pérdida más honda,
como una última, callada, oculta fortaleza

PEDRO ARTURO ESTRADA.

BAGDAD A OSCURAS.




Cuando de la herida del niño

Empezó a brotar

La dulce agua del sueño

Y la anciana

Hubo apagado

Con sus dedos la última llama

Y los perros sin dueño

Se entregaron

A su suerte

En el abandono

De la ciudad en ruinas

Se escuchó de nuevo

La antiquísima voz de la sangre

He llegado a saber

Oh rey afortunado...



HORACIO BENAVIDES

jueves, 10 de noviembre de 2011

LOS ZAPATOS DE LA MEMORIA.




Nadie ha de venir a ponerse mis zapatos
cuando muera
y aún sin esta esperanza
no faltaba más
me pongo con el mayor de los gustos
los zapatos de los muertos

Estoy calzando el olvido de Orlando Sierra
por las calles de Colombia llevo unos pasos
que no son míos
Hoy en este Bogotá que me presta un amor
y me cobra por cuotas altas mis distracciones
en la vida
admito que tengo también la camisa
manchada de sangre que llevaba puesta
él el día de su muerte

Cuántos vivos tenemos en nosotros
que antes eran muertos

Cada mañana ante el espejo del insomnio
me pongo el pantalón negro con que murió
Carlos Héctor Trejos
(Una noche leí AHASVERUS y desde ese instante
todos los días tengo sin vergüenza el mismo pantalón)

Maldito disfraz de muerte la vida

Sé que un día alguien vendrá
a dispararme sus balas o sus besos
y que no habrán para mí rosas blancas
y que a pesar de los gritos de la memoria
en mi boca
como es natural
será el silencio


ALBEIRO MONTOYA GUIRAL- SANTA ROSA DE CABAL.