domingo, 27 de julio de 2014

NICOLÁS SUESCÚN


(Bogotá 1937)Podría decirse que es un poeta,  que linda entre un intelectualismo de vanguardia  y un vindicador de esos hombres de la calle anónimos y trashumantes. 









INFANCIA

El mar inmenso, azul,
profunda tumba de piratas y tesoros, 
estaba allá muy lejos, 
detrás de las montañas.
Era una ausencia. 
Los ríos, también, eran grandes ausentes. 
Sus aguas, bajo la tierra, 
corrían espesas y oscuras, 
arrastrando desperdicios. 
Y la belleza también se escondía.
Rara vez salía a la calle. 
A veces se asomaba con el sol en el patio
o en los ojos del gato. 
Y los viajes tenían que ser imaginarios, 
pobres ensueños tibios en los fríos rincones
donde empezaban los caminos. 
Así que todo viaje era un proyecto, 
todo secreto, 
un viaje secreto, inconfesable.
Y los potreros donde jugaba fútbol
se iban llenando de casas. 
Había que caminar mucho
para llegar donde no hubiera extraños. 
El camino de la escuela a la casa:
ese simulacro de la Odisea. 


UNA BEATA 

Lenta, sofocada, se da contra los muros,
se para aquí y allá para tomar aliento. 
Dos cuadras le llevan una hora
del cuartucho a la iglesia,
más de una hora se le va en dos cuadras
de la iglesia al cuartucho. 
Entre santos de papel y santos de argamasa
balbucea plegarias, practica la Esperanza
y el Espíritu Santo la consuela,
el Sagrado Corazón le guía los pasos,
la Santísima Virgen intercede por ella
y el mismo Jesús lindo a veces la visita. 

JAMÁS TANTOS MUERTOS 

Jamás tantos muertos 
rondaron la casa de los vivos, 
jamás tantos vivos
habitaron la casa de los muertos. 
Nunca se oyeron tantas voces, 
nunca tanto silencio, 
nunca se fue al traste tanta cosa, 
se pudo más y se hizo menos. 
Siempre es que hemos vivido tanto tiempo
que uno ya se pregunta qué sería de la tierra
sin el peso gravoso de los hombres, 
y qué sería de los hombres sin la tierra. 
Ahora son las diez de un martes o de un muerto
y mi sangre corre, corre la de los vivos
a dieta de sopas de sangre de sabores diversos, 
y huesos enlatados, cadáveres en polvo, 
todo el corpus delicti de la A a la Z. 

domingo, 6 de julio de 2014

RELOJ

Es quizá la contra parte a Eduardo López Jaramillo, y sin duda, uno de los mas grandes poetas pereiranos. 


Un día
a las seis de la tarde
estaré muriendo
lo que nunca he vivido

A las siete
Dios estará tan lejos
que sera una estampita olvidada en la infancia

A las ocho
la felicidad será olvido
y buscaré sus caminos en el vino

A las nueve
tu pasarás descalza por mi sangre
y no compartirás conmigo el silencio de tus pasos

A las diez
no habrá nadie que recoja
lo que queda de mí

A las once
me quedará grande
la soledad

A las doce
me daré de cuenta que yo no tengo la culpa
de la belleza del mundo

Entonces
no tendré fuerzas
para ver amanecer sobre las lilas

LUIS FERNANDO MEJÌA (1941)